Es natural que el anhelo de todo padre al elegir una institución educativa sea encontrar un lugar donde sus hijos puedan ser felices, especialmente si ya han tenido experiencias en otros colegios. Sin embargo, la felicidad es un concepto personal y único, que varía de una persona a otra. Lo que trae alegría y satisfacción a uno no necesariamente hará feliz a otro. Esto significa que aquello que llena de felicidad a los padres no siempre es lo mismo que hará felices a sus hijos. Por ello, prefiero traducir estos deseos en conceptos más tangibles y concretos que reflejan los objetivos que los padres suelen tener:
- Quiero que mi hijo esté en un ambiente seguro, tanto física como emocionalmente.
- Quiero que aprenda a utilizar el conocimiento en beneficio de la comunidad.
- Quiero que sea capaz de autogestionar sus emociones.
- Quiero que experimente bienestar.
- Quiero que se conozca a sí mismo para que pueda tomar decisiones asertivas.
- Quiero que logre alcanzar sus metas.
Las habilidades que nos permiten avanzar con firmeza hacia la felicidad incluyen:
- Flexibilidad
- Autoestima
- Confianza
- Comunicación asertiva
- Persistencia y disciplina para alcanzar objetivos
- Autoconocimiento
- Pensamiento crítico
Quizás, lo que realmente buscamos los padres es que nuestros hijos se desarrollen en ambientes seguros y saludables, comprendiendo que la felicidad es una búsqueda personal, que evoluciona con el tiempo y es, en su naturaleza, transitoria.
Juliana Molina Urdinola, Directora de Admisiones y Relaciones Públicas Gimnasio La Montaña
