Acompañar a los hijos

La maternidad y la paternidad llegan siempre con muchas ideas de cómo ser y de lo que creemos es lo mejor y lo peor al momento de criar y educar a otro ser humano.  Las últimas generaciones de padres han podido encontrar “mapas” que van mostrando algunas respuestas útiles en ese rol y que antes no existían.

Sin embargo, me atrevo a decir que casi todas las ideas sobre la crianza se van reformulando cuando estamos a cargo, cuando conocemos de primera mano el amor y la confusión que llegan con el rol de mamás y papás. Vamos descubriendo que las verdades que consideramos inamovibles después de cada confusión, también se reconsideran con el tiempo, el temperamento de los hijos y el momento de la vida de cada uno. Lo que fue la respuesta alguna vez, deja de serlo en otra oportunidad.

Lo cierto es que no hay tales verdades, no hay respuestas únicas, no hay una sola y mejor manera de acompañar a los hijos.

En mi opinión, solo hay una vía para encontrar la fuente de las respuestas: presencia radical; solo ahí encuentro respuestas que nutren asertivamente la gestión de los padres. Y con esto no abro debate sobre la calidad o la cantidad de tiempo que le dedicamos a los hijos; me refiero a la capacidad que tenemos de estar presentes y conectarnos con ellos, realmente verlos y escucharlos profundamente. Es ahí donde encontramos todas las respuestas, incluso esas que creemos por momentos que son imposibles de atrapar.

Acompañar a nuestros hijos es asegurarnos que sostenemos esa conexión, que tenemos energía para escuchar atentamente lo que sea que nos quieran contar y verlos completos; ver a los hijos que tenemos, no a lo que quisimos o imaginamos tener. 

Algunas prácticas para conectarnos con los niños, niñas y jóvenes:

     

      • Escucha atenta

      • Interés honesto por la otra persona

      • Empatía (se puede desarrollar)

      • Estar presente 

      • Evitar juicios

      • Dar consejos sólo cuando se piden

      • Hacer preguntas durante la conversación

    En el Gimnasio la Montaña, una de nuestras creencias es que un colegio si puede ser para todos los niños. Creemos que si vemos, escuchamos y nos conectamos con nuestros estudiantes, entonces podemos darles lo que necesitan y acompañarlos mancomunadamente con los padres de familia.

    Las respuestas, soluciones, empatía y demás, son algunos de los recursos que aparecen en esa conexión con los estudiantes.