Más allá de sembrar o cosechar, la huerta del Gimnasio La Montaña se consolida como un verdadero laboratorio vivo, donde los estudiantes observan, experimentan y reflexionan sobre los procesos que hacen posible la vida en el suelo.
Durante una jornada reciente, los estudiantes de 7.º A realizaron una práctica de análisis físico químico, en la que compararon distintos tipos de suelo y evaluaron variables como la textura, la presencia de materia orgánica y de iones. Esta experiencia les permitió comprender la importancia de mantener las camas de siembra en condiciones óptimas, ya que su equilibrio es esencial para el crecimiento saludable de las plantas y la calidad de los productos que se cultivan.
Actividades como esta fortalecen el vínculo entre la ciencia y la sostenibilidad, promoviendo el aprendizaje desde la experiencia directa y el desarrollo del pensamiento crítico. Además, invitan a los estudiantes a valorar el suelo como una fuente de vida que merece ser cuidada y protegida.









